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Las Misiones en América Latina y Colombia

¿Por qué hubo una presencia tan prolongada de los misioneros en los territorios indígenas?

La reactivación de las misiones

Durante la segunda mitad del siglo XIX tuvo lugar un nuevo auge de la labor misional debido a la expansión imperial de algunas naciones europeas sobre amplios territorios de Asia y África, y a las políticas vaticanas, impulsadas por León XIII, las cuales apuntaban a introducir nuevamente a la Iglesia en la escena internacional. La reactivación de las misiones tenía lugar en el contexto de expansión del capitalismo mundial, caracterizado por la búsqueda de nuevos mercados y de materias primas, lo cual requería, además, la puesta en marcha de estrategias que permitieran asegurar la consecución de mano de obra.

Desde la perspectiva de la Iglesia Católica se reconocían principalmente las religiones monoteístas surgidas en el medio oriente (cristianos, musulmanes y judíos) mientras que las demás religiones eran calificadas con el nombre genérico de paganas. Desde esta perspectiva se suponía una gesta católica universal para convertir a los paganos en católicos.

Las Misiones eran financiadas a través de los recursos otorgados por la Iglesia católica, en algunos casos con el apoyo de los Estados que favorecían su accionar, y por las donaciones de los feligreses. Especialmente en los centros de enseñanza se establecieron diferentes congregaciones para apoyar las obras de propagación de la fe.

En América Latina este resurgimiento tuvo una relación directa con el proceso de consolidación de los Estados nacionales y con la necesidad que estos tenían de integrar extensos territorios de frontera y de convertir en ciudadanos a las denominadas tribus bárbaras. Así, las historias de las misiones, del imperialismo y de la consolidación de los estados nacionales se entrecruzan y superponen en la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, a la vez que afectan la vida de numerosos pueblos que debieron enfrentar la expansión de los imperios y de los estados nacionales, y los intentos, de unos y otros, de transformar sus formas de vida y sus creencias.

Las misiones en Colombia

En el caso colombiano, el Gobierno subvencionó la creación de prefecturas apostólicas y la instalación de diferentes órdenes religiosas en el país, teniendo como marco institucional el Concordato, firmado entre el Estado colombiano y el Vaticano en 1887, y convenciones, resoluciones y convenios elaborados en la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX. Así, se instauró en el territorio patrio un conjunto de misiones cuyo objetivo era civilizar a los salvajes, para convertirlos en hijos de Dios y de la patria. El Estado destinó una parte de sus recursos al patrocinio de estas misiones y les otorgó a los misioneros el manejo de la educación, así como el control sobre las poblaciones que estaban a su cargo; los frailes, en contrapartida, se comprometieron a salvaguardar las fronteras nacionales y a procurar el desarrollo del territorio en el que se encontraban. Los pueblos indígenas de las diferentes regiones del país enfrentaron de maneras distintas la presencia de los misioneros e intentaron mantener su soberanía y sus formas de vida y de organización, en medio de los intentos de expansión del Estado nacional, de las avanzadas colonizadoras y de la acción misional.

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